El Observatorio del Paisaje reunió el viernes pasado a los diferentes sectores que promueven la revalorización del patrimonio industrial. Fue en una jornada celebrada en el Museo de la Piel de Igualada (Barcelona), que contó con la participación del consejero de Territorio y Sostenibilidad del Gobierno catalán, Santi Vila. El acontecimiento sirvió para presentar públicamente el dosier digital sobre paisajes industriales. La jornada "Paisaje y patrimonio industrial. El paisaje y el patrimonio industrial como factores de desarrollo económico" sirvió para contraponer visiones diferentes sobre una cuestión que toma importancia cuando Cataluña reivindica de nuevo su vocación industrial. En este sentido, el acto celebrado en Igualada reunió a ponentes procedentes de los ámbitos privado y público así como aproximaciones de carácter económico, cultural o social. Esta diversidad también se hizo patente en los organizadores del encuentro –Observatorio del Paisaje, Ayuntamiento de Igualada, Instituto Municipal de Cultura y Museo de la Piel de Igualada y Comarcal de la Anoia– y sus colaboradores –Gremio de Curtidores de Igualada, RecStores, Amics del Rec y el Centro de Estudios Comarcales de Igualada. El consejero Santi Vila aprovechó la inauguración de la jornada para reivindicar la apuesta del Gobierno catalán por el patrimonio industrial y calificó de "dulce" el futuro del barrio del Rec –el sector de los curtidores de Igualada–, que se está convirtiendo en un ejemplo de reconversión. En este sentido, además, aprovechó para anunciar que Territorio y Sostenibilidad lo incluye entre sus diez proyectos estratégicos. En el acto de presentación también participaron el alcalde de Igualada, Marc Castells, y el director del Observatorio del Paisaje, Joan Nogué. Nogué, en su intervención, señaló que en un momento en el que Cataluña reivindica de nuevo su vocación industrial, es interesante volverse a fijar en las construcciones industriales originales y, especialmente, en sus paisajes. Uno de los denominadores comunes de buena parte de las aportaciones fue la necesidad de conservar los paisajes industriales no solo por su valor patrimonial y arquitectónico. En este sentido, se subrayó que la clave pasa porque estos espacios no solo recuperen usos productivos, sino que alojen usos nuevos de tipo social, artístico y de conocimiento, entre otros.