Cervera (Lleida) es el primer municipio catalán con un Plan de paisaje. El documento, que se presentó el pasado jueves, 4 de junio, en la capital de la comarca de la Segarra, ha supuesto trasladar en el ámbito local la metodología de los catálogos de paisaje. Ha sido promovido por el Ayuntamiento de Cervera, con el asesoramiento del Observatorio de Paisaje de Cataluña y elaborado por el geógrafo Sergi Saladié. Ramon Royes, alcalde en funciones de Cervera, aseguró en la presentación del documento que el Plan de paisaje demuestra que "es posible crear desde un municipio y con pocos medios económicos, pero con la colaboración de las entidades que tienen especial cura e interés por el paisaje, un documento de muchísima calidad que sea un compromiso claro y evidente respecto a como gestionar el paisaje". En este sentido destacó su valor "pionero", por ser el primero de ámbito municipal, y espera que "este espíritu se transmita" a otros ayuntamientos que quieran desarrollar sus respectivos planes de paisaje. "Este es y será un gran reto de país", concluyó Royes. Joan Nogué, director del Observatorio, considera que el documento representa un "ejemplo meritorio de cambio de escala". Se trata del "traslado en el ámbito local de la filosofía, la metodología y las determinaciones de un instrumento (el catálogo de paisaje) que fue pensado y diseñada a escala territorial", señala. En este sentido destaca como un acierto que se haya optado por la herramienta del Plan de paisaje, dejando las cartas para ámbitos supramunicipales –habitualmente valles o subcomarcas-. La estructura del Plan de paisaje de Cervera Sergi Saladié, redactor del Plan de paisaje de Cervera, señala que en el documento inicialmente se ha optado para hacer una primera aproximación del paisaje del municipio, para contextualizar y exponer como es el paisaje y cuales son sus elementos más característicos. En el primer capítulo se realiza una descripción general del medio físico y de los principales usos del suelo actuales, que son la expresión de la interacción entre los elementos naturales y las actividades humanas. En un segundo capítulo, la diagnosis del paisaje, se pretenden conocer como valoran el paisaje los diferentes agentes del municipio, así como también qué aspectos del mismo creen que se tendrían que mejorar. La identificación de valores e impactos en el paisaje, han sido precisados por los agentes en las diferentes sesiones participativas que se han realizado. Finalmente, el último capítulo, donde se recogen objetivos y acciones, plantea como creen los agentes de paisaje del municipio que tendría que ser el paisaje en un futuro, a partir de la determinación de los objetivos de calidad paisajística. Son los propios agentes los que determinan también qué acciones son las que permitirían conseguirlos, y si se comprometen en su implementación. Esta cuestión es una de las principales singularidades del plan: el hecho que los agentes de paisaje se comprometan en su aplicación.