Un año después de cumplirse el vigésimo aniversario del Convenio Europeo del Paisaje, continúan organizándose conferencias y encuentros de todo tipo para debatir sobre el futuro y los retos de este tratado internacional. El último ha sido el Simposio 'The future of the European Landscape', organizado por la Sociedad de Investigación en Paisaje (Society of Landscape Research, WLO) el pasado 17 de septiembre en la ciudad holandesa de Culemborg. El simposio forma parte de una serie de conferencias organizadas en los últimos meses por la red europea UNISCAPE. Se ha desarrollado en formato híbrido, con participación presencial y en línea, y ha contado con la colaboración de la Agencia Holandesa del Patrimonio Cultural y de la Universidad de Wageningen (WUR). El Seminario ha servido para recomendar acciones y medidas para proporcionar el apoyo político e institucional necesario para el paisaje en los próximos 20 años.

El Observatorio del Paisaje ha tenido el honor de participar en el Simposio como entidad invitada. El director, Pere Sala, centró su intervención en la idea de que cualquier política de paisaje, ya sea a escala nacional o local, no puede ser efectiva sin estrategias y acciones comprometidas de sensibilización. En este sentido, y más allá de las estrategias de sensibilización más formalizadas basadas en metodologías altamente estructuradas, o de acciones en materia de educación, comunicación, transferencia de conocimiento, publicaciones, organización de cursos, etc. -todas ellas fundamentales- es también la acción directa en el territorio a diferentes escalas (desde la nacional a la local) y basada en el diálogo (participación, acuerdo, mediación, etc.) la que se está demostrando como una vía muy potente y eficaz para influir positivamente en los valores y las actitudes de una comunidad hacia el paisaje y, al mismo tiempo, para mejorar el estado de los paisajes. El director del Observatorio comentó varios ejemplos de iniciativas catalanas que van en esta dirección.

El seminario, de dos días de duración, incluía la mañana de la segunda jornada una visita al fuerte de Roovere, un paisaje de memoria holandés que incluye varias intervenciones contemporáneas en medio de un patrimonio cultural milenario y que ha ganado importantes premios de arquitectura. Por la tarde, se visitó el flamante parque eólico Krammer, nacido de la iniciativa ciudadana.

Fotografías: Pere Sala i Martí