Disponible el documento “Enogastronomía y paisaje. El papel de los paisajes agrarios singulares en rutas enogastronómicas”
En el marco de la colaboración permanente que mantiene con la Dirección General de Turismo del Departamento de Empresa y Trabajo del Gobierno de Cataluña, el Observatorio del Paisaje ha elaborado el documento “Enogastronomia i paisatge. El paper dels paisatges agraris singulars en rutes gastronòmiques". El documento se enmarca en el Plan de turismo enogastronómico de Cataluña 2022-2027, impulsado por el propio Departamento, con el fin de que Cataluña ocupe una posición destacada a nivel internacional en este sector.
El Plan de turismo enogastronómico de Cataluña 2022-2027 define el turismo enogastronómico como aquel que, entre otras funciones: “aporte valor a la comunidad, conecte con el campo, contribuya a la recuperación del entorno, sea respetuoso con la naturaleza , la cultura y su comunidad, rehuya de los modelos fordistas, busque propuestas personalizadas y el descubrimiento lento del territorio, fomente el consumo de producto local, mejore los circuitos cortos de comercialización, valore el paisaje y el patrimonio cultural enogastronómico para explicar de dónde viene lo que comemos, tenga conciencia ecológica y contribuya a frenar el cambio climático”. Las conexiones de este modelo de turismo con los valores de los paisajes agrarios son evidentes. Ahora bien, no todos los paisajes agrarios de Cataluña conectan con ellos.
En este sentido, el documento “Enogastronomia i paisatge. El paper dels paisatges agraris singulars en rutes gastronòmiques"constata como la relación entre la enogastronomia y el paisaje es una magnífica oportunidad para crear un producto turístico que alíe la agricultura con el patrimonio, la historia, la cultura, la identidad y la creatividad, partiendo de la riqueza, diversidad y singularidad de los paisajes agrarios, definidos en los ocho catálogos de paisaje de Cataluña, y de los productos que éstos generan.
Un centenar de paisajes agrarios singulares
Cataluña cuenta con una gran diversidad de paisajes agrarios y agroforestales de gran interés. A través del documento elaborado por el Observatorio del Paisaje, ha identificado y cartografiado por primera vez 100 áreas eminentemente agrarias que integran una singular combinación de características y valores paisajísticos. Son paisajes agrarios singulares, entendidos como paisajes con unos rasgos distintivos y con un carácter agrario único, exclusivos y distintos a los de otros paisajes agrarios de Cataluña. El clima, la orografía (montañas, valles, llanuras, etc.), la variedad de cultivos que los conforman, la vegetación arbórea o herbácea que les acompaña, la red de caminos, los sistemas de bancales o terrazas, las masías y los tipos de asentamiento, las ciudades que rodean, el patrimonio construido y las dinámicas paisajísticas existentes, entre otros, configuran unos paisajes agrarios singulares que son característicos de cada lugar. Este mapa de paisajes agrarios singular es de mucha utilidad para las estrategias turísticas vinculadas a la enogastronomía pero también lo es por políticas agrícolas y forestales, culturales y patrimoniales, de ordenación territorial y urbanismo, además de otras actuaciones e intervenciones en el territorio.
Paisajes agrarios con mayor potencial para el turismo enograstronómico
Hay que tener en cuenta que no todos los sistemas agrarios son iguales; no generan el mismo tipo de productos, ni tienen las mismas consecuencias ambientales, económicas y sociales, ni dan lugar al mismo tipo de paisajes. Así pues, para definir los paisajes agrarios con mayor potencial para el turismo enogastronómico es necesario tener en cuenta no sólo la diversidad de paisajes y sus valores paisajísticos sino también los modelos de explotación agrícola y ganadera. Una paradoja que se plantea es que, a menudo, los paisajes más valorados por el turismo enogastronómico, son también los que se encuentran en retroceso a consecuencia de la crisis que afecta a las actividades agrarias y, concretamente, al modelo de explotación tradicional, que es el que acaba dando lugar a paisajes más diversos o más ricos patrimonialmente, con productos de mayor calidad, más sanos, más nutritivos y más sabrosos. Es en estos paisajes agrarios en los que se pueden descubrir historias llenas de humanidad, a partir de las cuales elaborar relatos con sentido, sustanciales, honestos y atractivos.
La recuperación de determinados sistemas productivos más respetuosos con la tierra puede estar al servicio del sector turístico, y esto debe verse como una gran oportunidad. El objetivo es, pues, que el turismo enogastronómico consiga ser un aliado de estos paisajes agrarios de calidad y tanto el sector agrario como el turístico salgan beneficiados. En un escenario de crisis climática, energética y sistémica, donde cada vez se hace más palpable su incidencia, no debería haber dudas sobre cuál es el modelo agrario —y, de rebote, cuáles son los paisajes agrarios— que el turismo debería favorecer.
Para realizar la selección de los paisajes con un mayor potencial por estrategias de enogastronomía se ha partido del mapa de paisajes agrarios singulares pero se han escogido paisajes que sigan una serie de requisitos: la armonía y nitidez; no ser excesivamente antropizados y con escasa presencia de urbanizaciones e infraestructuras; preferencia por paisajes rurales en despoblamiento; presencia de patrimonio rural histórico (pueblos, masías, redes de caminos, sistemas de riego, biombos, construcciones de piedra seca...); prevalencia de patrimonio inmaterial vivo relacionado con el mundo rural (técnicas tradicionales, toponimia, canciones, fiestas, etc.); contraste visual con fondos escénicos valorados; paisajes vinculados a productos enogastronómicos diversos; preferencia por paisajes con diversidad de cultivos. El resultado es una selección de 25 paisajes agrarios singulares con potencial para el turismo enogastronómico.