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Térmica: símbolo caído del patrimonio industrial

26/05/2007
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Joaquín Rodríguez,
La Nueva España

Desde los últimos ocho meses la Plataforma Cívica "Salvemos la Térmica", defensora de la protección y conservación de la antigua central térmica de Ensidesa, realizó numerosos esfuerzos para evitar su demolición. La plataforma se ha dirigido a numerosas administraciones e instituciones denunciando la desaparición del que consideramos uno de los iconos del paisaje histórico-industrial de Avilés. Los apoyos y manifiestos de la Universidad de Oviedo, colegios profesionales, asociaciones, arquitectos, historiadores, historiadores del arte, artistas y otros colectivos y particulares han sido numerosos y constantes.

No puede entenderse que un bien inventariado dentro del patrimonio histórico-industrial de Asturias y que jurídicamente, y en función de la ley 1/2001 de Patrimonio Cultural de Asturias, disfrutaba de una protección preventiva de 10 años desde la entrada en vigor de la ley, haya sido descatalogado (en mayo de 2006) sin justificarse los motivos para dicha desafección, a no ser por la reclasificación urbanística de los terrenos donde se emplaza.

Una vez más, la falta de ideas e imaginación para generar proyectos sobre la reutilización del patrimonio arquitectónico ha desembocado lamentablemente en su desaparición. El singular valor histórico, arquitectónico y paisajístico, avalado tanto por su inclusión en el Docomomo Ibérico como en el "Inventario del patrimonio arquitectónico de Asturias", no ha sido suficiente para convencer a responsables políticos y a los gestores del suelo de la rentabilidad que supone la inversión en patrimonio.
En el año 2002, desde las administraciones local y autonómica se consideró la central térmica un espacio viable e idóneo para, una vez finalizado su uso original, reutilizar para un gran proyecto de alcance cultural (un museo de la industria y energía fue en aquellos momentos la apuesta del presidente del Principado). Dos años después, la consultora vasca Xabide, ganadora de un concurso de ideas, redacta por encargo de la Consejería de Cultura y beneplácito del Ayuntamiento de Avilés un proyecto de ideas para reconvertirla en un gran centro integral del ocio y la cultura (el coste de este documento alcanzó 30 millones de pesetas). Fue precisamente en las últimas Jornadas de industrias culturales organizadas en noviembre de 2006 por el Ayuntamiento donde el representante de la consultora Xabide recordó la errónea decisión de no conservar la central.

En la evolución de los acontecimientos, el proyecto de reutilización de la antigua central se vio frustrado por dos leyendas urbanas que cambiaron el destino de esta "joya de la corona", como algún político la denominó. La primera estaba relacionada con la instalación de una central eléctrica de ciclos combinados, que al final resultó una real leyenda. La segunda, relacionada con un gran centro cultural que por lo visto hasta ahora, se convertirá, afortunadamente, en una gran realidad: Centro Internacional Oscar Niemeyer, que dicho sea de paso resultaría compatible y complementario con un proyecto socio-cultural en la Térmica.

El 12 de enero del año en curso sonaron los tambores del desastre con la entrada de las "piquetas talibanas" anunciando el principio del fin. Las demoliciones comenzaron por las instalaciones auxiliares (parque de carbones, laboratorio, cintas transportadoras, etcétera), hasta llegar a los edificios centrales del complejo: subestación, sala de máquinas y el edificio de calderas. Para más inri, en lugar de comenzar el derribo por las instalaciones laterales o auxiliares, se acometió la demolición del edificio central (obra maestra de la arquitectura contemporánea asturiana) en un día muy señalado: Viernes Santo o día del dolor, para muchas personas que consideramos irrenunciable la preservación de nuestro patrimonio para las generaciones futuras. La taumaturgia termina el 27 de mayo con la acumulación de errores en Avilés. El derribo de la central térmica, aunque no es el más importante en la escala de prioridades, es el paradigma de los errores políticos que no se olvidan en las conciencias ciudadanas.

Por último, queremos comunicar el destino de reclamaciones, escritos y denuncias presentados por esta plataforma desde noviembre de 2006 hasta la actualidad Las más de tres mil firmas recogidas a pie de calle y las voces de instituciones y asociaciones que trabajan en la conservación y difusión del patrimonio industrial no han sido suficientes. Pero los que apoyamos su protección y conservación, a través de la Plataforma "Salvemos la Térmica", continuaremos trabajando hasta llegar al fondo de los procedimientos abiertos, y fundamentalmente para que nunca se olvide uno de los ejemplos más emblemáticos del patrimonio industrial avilesino y asturiano. Viva la Térmica siempre en nuestra memoria histórica.