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Paisajes de la piedra seca
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Piedra y arte en La Mancha

31/03/2012
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Joaquín Patón Ponce,
Lanza Digital

En el año 1916, en el seno de una familia de varias generaciones de agricultores, nace en Tomelloso Pablo Moreno "Cota", el cual, con el paso del tiempo, se convertiría en el mejor constructor de Bombos de la historia de esta localidad manchega.
El Bombo es una construcción que los agricultores de Tomelloso hacían en sus parcelas de cultivo, para resguardarse, ellos y sus animales de labor, de las inclemencias del tiempo y del clima extremadamente duro de esta llanura manchega. Los levantaban con una técnica que localmente se conoce como "piedra vana" y con una expresión más técnica como "piedra seca", es decir, una piedra sobre otra, sin unirlas con barro, cemento ni argamasa. Los cubrían con una falsa cúpula hecha del mismo material.
Pablo ya demostró una gran habilidad y paciencia para colocar piedra desde muy joven, pues siendo todavía poco más que un niño construyó un refugio pequeño en una de las parcelas de su padre. A los 15 años, junto con un primo suyo conocido como "Valentín el pescadero", construyó su primer bombo en el paraje "El Capitán", a unos 12 kilómetros de Tomelloso en dirección hacia Socuéllamos. No podemos olvidar que Pablo, -como todos los que levantaban estas típicas construcciones-, era de profesión agricultor, y sólo constructor en las épocas del año en que había menos faena en el campo, por lo tanto, levantar un bombo grande le llevaba muchos meses, o incluso varios años.
Cuando se hizo novio con la que luego sería su esposa y se fue a trabajar con sus futuros suegros es cuando empezó a hacer las que serían sus mejores obras, las cuales están lejos de Tomelloso, a treinta, cuarenta kilómetros, o incluso más lejos. Sus suegros tenían tierras en un paraje conocido como "El Alojero" a treinta kilómetros de Tomelloso. Allí el terreno era pedregoso, con esa clase de lajas calizas planas que tan bien aprovechaban los bomberos, por eso comenzó a construir un bombo grande que pudiese dar posada a agricultores y mulas.
A principios del siglo XX el término municipal de Tomelloso y las tierras cercanas al pueblo estaban en laboreo y plantadas de viña casi al cien por cien. Aunque cultivaban -en propiedad o arrendadas- muchas tierras de términos de localidades vecinas, a los valientes agricultores tomelloseros les faltaban fincas para plantar viñas y sembrar melones. Aprovechando que en el año 1919 se creó la pequeña población de Cinco Casas junto a la línea ferroviaria Madrid-Andalucía, ellos se fueron a comprar tierras vírgenes cerca de esta localidad. En largas estancias en quinterías de quince o veinte días sin volver a su casa trabajando y desplazándose con lentas mulas, cualquiera de los trabajadores de la cuadrilla se acercaba una vez a la semana y compraba en la citada población pan y otros alimentos frescos.
"El Alojero" está situado a cinco kilómetros al oeste de Cinco Casas y allí adquirieron terrenos los suegros de Pablo. En el año 1956, el Gobierno de entonces, por medio del Instituto de Colonización, hizo pozos, puso tierras de secano en regadío y creó los pueblos de colonización de Cinco Casas y Llanos del Caudillo –este último a 40 km. de Tomelloso-. En esas fechas Pablo ya estaba casado y tenía hijos e hijas; no dudó en comprar tierras cerca de estos "pueblos nuevos", plantarlas de viña y construir varios bombos magníficos, ayudado siempre por su familia. Todos arrimaban el hombro, igual los varones que las mujeres.
En el año 1968, como su fama en la comarca era grande, el entonces alcalde de Tomelloso, Don Miguel Palacios Valero, le encargó la construcción de un Bombo situado en el interior de lo que hoy día es el Museo del Carro. Se buscó tres ayudantes y tardaron dos años en terminar esta obra de arte única. Se trata de una preciosa construcción de una sola cúpula, con forma rectangular, 60 metros cuadrados de superficie en el interior, 10 metros de altura –por dentro- y hecha superponiendo más de 2 millones de piedras. En sus construcciones, Pablo trabajaba modelando con una piqueta la parte de las piedras que se encuentran a la vista, para que cuadrasen mejor y no se aprecien apenas huecos, consiguiendo que tanto la pared exterior como la interior se observen perfectas.
Pablo Moreno "Cota" falleció en Tomelloso a los 75 años, pero nos dejó su legado: Construyó a lo largo de su vida 8 bombos grandes y otros tantos refugios de piedra vana más pequeños. El situado en Museo del Carro es una auténtica obra de arte que todo manchego o visitante de La Mancha debe conocer; pero no lo son menos uno que hizo en el paraje conocido como "Cuarto Alto", al Sur de Cinco Casas, o los tres que levantó cerca de la localidad de Llanos, estos últimos en mitad del campo.
De entre los muchos bomberos de Tomelloso, los cuales llegaron a levantar cerca de mil de estas peculiares construcciones, -gran parte de ellas, afortunadamente, aún ahora embellecen el paisaje de la llanura manchega-, Pablo es considerado en su pueblo como el más artista de todos. Visitando cualquiera de sus obras le rendiremos homenaje, además de disfrutar del fruto de su inigualable maestría, su infinita paciencia y una increíble capacidad para hacer una construcción completa colocando piedra sobre piedra.