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La piedra seca, un atractivo rural en peligro

03/07/2020
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Ariadna Oller,
La Vanguàrdia

Varios pueblos de Girona intentan potenciar esta técnica de construcción, en riesgo por falta de relevo generacional

La piedra seca es un método de construcción que se caracteriza por el uso de piedras de distintos tamaños, superpuestas y encajadas sin ayuda de un material de unión como el mortero que las pegue. Su uso se remonta a la antigüedad, per todavía se puede observar en la actualidad. Hay técnicas de piedra seca en muros, márgenes, bancales o barracas, sobre todo en zonas rurales, y aunque sus construcciones son resistentes y se mantienen durante el paso del tiempo, requieren de un mantenimiento debido al desgaste natural. En la actualidad, hay algunas personas que conocen la técnica, pero la profesión se está perdiendo con las nuevas generaciones.

Algunos pueblos de la Garriga d’Empordà, en Girona, anunciaron su intención de recuperar el oficio de marger para reivindicar estas construcciones y el patrimonio de la piedra seca como reclamo turístico. La propuesta de estos pueblos quedó paralizada por la pandemia del coronavirus y ahora tratan de retomar la iniciativa para dar valor a este oficio, una tarea que otras entidades como Adrinoc (Associació per al Desenvolupament Rural Integral de la Zona Nord-Oriental de Catalunya) reivindican.

La conservación de esta técnica es uno de los objetivos del proyecto Col·laboraxPaisatge que impulsaron desde Adrinoc, una entidad con presencia en la Garrotxa y el Alt Empordà y orientada al desarrollo del mundo rural en el territorio. En el caso de la piedra seca, el proyecto busca dar valor a esta técnica de construcción desde todos los ámbitos y a nivel de toda Catalunya. Un intento de rescatar lo que la coordinadora del proyecto, Maite Oliva, describe como un “patrimonio condenado”.

El turismo es una de las vertientes que pueden ayudar a dar más visibilidad a las construcciones hechas con piedra seca. Ya sea la vista de campos a distintos niveles con márgenes, o la presencia de numerosas barracas construidas de esta forma, territorios como el Alt Empordà tienen un gran atractivo en forma de rutas para toda la familia.

Para los interesados en ver algunas de estas construcciones, Adrinoc ha desarrollado una aplicación móvil en la que éstas están indicadas en un mapa. Al mismo tiempo, están recogidas en la web de la Wikipedra, creada por el Observatori del Paisatge, con más de 20.000 referencias repartidas por Catalunya.

Además de dar popularidad a las construcciones con piedra seca, Col·laboraxPaisatge también tiene como objetivo formalizar el oficio que la trabaja, conocido como marger en Catalunya. Hoy en día no existe una formación oficial en el país, solo algunos cursos propios, y el relevo generacional se está perdiendo. De hecho, algunos de los profesionales que existen en la actualidad tuvieron que aprenderlo en el extranjero. Desde la asociación, quieren trabajar para que, en el futuro, se pueda ofrecer un ciclo formativo en este ámbito.

Sin embargo, para que la formación tenga interés, también reconocen que es necesario asegurar que los profesionales tengan demanda. La coordinadora del proyecto explica que, en ocasiones, las construcciones que se van deteriorando solo tienen un mantenimiento de la mano de voluntarios, por lo no se arreglan si no lo hacen ellos. En su lugar, algunos propietarios deciden derribarlas y optar por otras técnicas más modernas. “Si conseguimos dar valor a la técnica y que haya un buen nivel de profesionales, también se podrá mantener esta tradición”, señala.

Mientras tanto, desde Adrinoc han organizado varias actividades para dar visibilidad a la piedra seca. Así, en 2018 en Figueres celebraron unas jornadas transfronterizas en las que debatieron y analizaron la situación de esta técnica tradicional en Catalunya, con unos 150 asistentes. Además, organizan varios talleres de demostración para grupos reducidos, disponen de una exposición con paneles informativos para escuelas e institutos y tienen planeada una semana temática con actividades y conferencias del 23 al 29 de noviembre de este año. Por otro lado, han impulsado la publicación del libro Tècnica de construcció de murs en pedra seca. Regles professionals, cuya presentación está prevista el 17 de octubre en la Vall d’en Bas.

Las construcciones de piedra seca están presentes en muchos países. Además de otros lugares de España, cono Baleares o Galicia, se pueden encontrar ejemplos en Italia, El Reino Unido o Irlanda, pero también en Marruecos, Australia, Finlandia y en países de Oriente Medio. Su presencia ha recibido reconocimiento cultural en los últimos años, desde que en noviembre de 2018 la UNESCO incluyera la técnica de construcción en su listado de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Un modelo sostenible y funcional

La técnica de la piedra seca tiene como característica principal la ausencia de un material que haga de mortero entre las piedras que forman sus construcciones. Se colocan en distintos niveles para crear muros estables ligeramente inclinados, y a veces se añade algo de tierra para rellenar espacios. Uno de los lugares en los que es más habitual ver muros de piedra seca es en terrenos de cultivo, como viñedos u olivares, aguantando los límites de campos a distintos niveles. En estos casos, los muros cumplen dos grandes funciones; en primer lugar, evitan desprendimientos de tierra de un nivel a otro, pero además, la porosidad al no haber un mortero, permite que el terreno se drene con facilidad cuando llueve y, por tanto, no se acumule un exceso de humedad en los cultivos.

Aparte de las funcionalidades, uno de los valores que destacan desde Adrinoc es la belleza que da al entorno rural. “El paisaje tiene un aspecto ordenado”, señala Maite Oliva, y eso gusta a los turistas. De hecho, un conjunto de construcciones de piedra seca es el principal atractivo de una ruta GR (la 221) en Mallorca, que ha servido para atraer un turismo más allá de la temporada alta que va en busca de sol y playa. La iniciativa de Baleares ha inspirado una similar en el Alt Empordà, por la que cinco pueblos (Llers, Avinyonet de Puigventós, Biure, Vilanant y Pont de Molins) estudian la posibilidad de dar valor a las construcciones de estas características en sus territorios y favorecer la formación de margers que puedan hacer un mantenimiento. La idea, sin embargo, está en una fase muy preliminar y quedó paralizada por la pandemia del coronavirus. Por ello, desde el Consell Comarcal de l’Alt Empordà prefieren no dar detalles sobre la iniciativa a la espera de que se pueda concretar en algún momento.