Desde las oficinas de Faber vemos el llano de Llacs. Si salimos a la terraza, las vistas, casi de 360º abarcan desde la subida del Triai, que va hacia la Fageda d'en Jordà hasta el Canigó y pasan por la sierra del Corb, por el macizo del Puigsacalm y hacia los polígonos industriales que continúan en montañas, volcanes urbanos, la ciudad de Olot y finalmente la Alta Garrotxa. Los cambios anuales, estos sí son panorámicos y recorren los 365 días que tiene el ciclo, nos permiten ver cómo cambia el paisaje.
Nos permiten ver cómo cambiamos nosotros, de hecho. Todas y cada una de las sensaciones que vamos experimentando, acaban teniendo un correlato en el paisaje que tenemos ante nosotros, hacen más evidente aún que estamos dentro de un parque natural, de un parque natural habitado. Esta es una de las primeras impresiones que queremos transmitir a los residentes que llegan a Faber, que son en un espacio que incluye el hombre, y que esta inclusión es compartida. La modificación del paisaje también ocurre para aquellos que la habitan, aunque sea por pocas semanas.
Faber, la Residencia de Artes, Ciencias y Humanidades de Cataluña en Olot, nació hace un año y medio. A Faber llegan artistas, escritores, científicos, investigadores y todo tipo de profesionales, de cualquier disciplina y de todo el mundo. Vienen hasta aquí para desarrollar sus proyectos y para compartirlos con el resto de residentes y con la sociedad de Olot, la Garrotxa y de Cataluña. En un año y medio hemos hecho más de sesenta actos, conferencias o talleres en escuelas, institutos, universidades y empresas. En Olot, en Girona y en Barcelona, pero también en Figueres, Banyoles, Amer, Besalú o Ripoll. En catalán, en castellano, en francés, en inglés, en ruso o en alemán.
Los residentes interactúan con el paisaje y en el paisaje, como lo hacen los habitantes de la comarca y de la ciudad, como lo hacen todos aquellos que llegan y llevan con ellos un paisaje, trabajan con otras personas en espacios que nosotros ni siquiera recordamos . Algunos residentes nos han descubierto rincones y parajes que hacía tiempo que no pisábamos. Otros, simplemente, han hecho friccionar su paisaje vital con el nuestro, han comparado, han descrito, han intentado entender qué pasaba en estos alrededores. Han subido al volcán Montsacopa y han visto que Olot está encajonado entre las vertientes de aún otros dos volcanes más, el Montolivet y el Bisaroques, que intenta esquivar el río que lo atraviesa, que hay fábricas y ensanches de la ciudad, que la ciudad también es un organismo vivo que tiene que convivir con un parque.
Es por eso que pensamos que era necesario organizar esta estancia de urbanismo en Faber, porque la organización de las ciudades pequeñas y medianas será uno de los grandes debates abiertos del próximo siglo. Hemos leído decenas de artículos sobre San Francisco, Chicago, Toronto, Vancouver, Amsterdam o París, pero, y las ciudades que no tienen este eco? Y las ciudades de los bordes que los hacen de rótula para establecerse en un territorio? Y todas estas ciudades medianas y pequeñas que frenan los excesos que podían cometer las grandes urbes? Y las ciudades medianas que hacen de capital real y efectiva del territorio que acogen y que las acoge?
El Observatorio del Paisaje de Cataluña ha desarrollado una labor de acompañamiento de muchos de los procesos que describimos. Es por ello que a Faber estamos muy contentos de iniciar esta vía de colaboración que estamos seguros de que será larga y fructífera. Estamos en el comienzo, pero es que quizá siempre se esta en el comienzo de algo.
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