El mapa que contemplo representa las Unidades de paisaje de Cataluña a escala 1: 250.000 y ha sido editado por el Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña en colaboración con el Observatorio del Paisaje. Mirar el mapa es agradable porque tiene unos tonos suaves, entre amarillos, ocres y beiges, que marca unas delimitaciones en fina línea roja que no se corresponden con las unidades administrativas. Es un mapa limpio, con pocos nombres, porque éstos sólo indican en mayúsculas en rojo las unidades, y en colores grises y negros elementos característicos físicos y humanos que presentan una singularidad, con un trasfondo del relieve físico y unas líneas azules que marcan las corrientes fluviales.
El mapa es claro, indicativo y útil. Por si solo, representa en un vistazo, una realidad paisajística de las más variadas de Europa, porque Cataluña es un país en el que cordilleras montañosas y ríos se van entrecruzando y forman unidades naturales diferenciadas, que los humanos con sus actividades han acabado de perfilar y diferenciar. En total aparecen 134 unidades de paisaje que todo viajero que traspase el país puede ir observando, sea por los cambios en la vegetación natural, por el tipo de asentamiento humanos, por las actividades industriales, por el tipo de cultivo, etc. Además, el mapa marca 550 miradores o puntos de observación que permiten contrastar papel con la realidad física y humana, con los valores tangibles e intangibles que un paisaje devuelve al observador, porque el paisajes no se valoran por sí mismos , sino por la percepción que tiene quien los mira y admira.
El mapa es un fruto más de la Ley de Paisaje, aprobada por el gobierno del país inspirada en el Convenio Europeo del Paisaje, y que ha supuesto la aprobación de los Catálogos de paisaje correspondientes a los ámbitos de ordenación territorial de Cataluña. Cada Catálogo ha servido para delimitar las unidades de paisaje, según rigurosos criterios de valoración fijados de antemano y después de un interesante proceso de participación. Estos se han basado en la combinación de formas del relieve, cubiertas del suelo, utilización y organización del espacio, percepción del territorio, peso de la historia, dinámicas transformadoras, sentido de identidad percibida por los habitantes de los lugares, y otros.
Pero, además, cada una de las unidades del mapa, tiene una ficha donde constan entre otros temas los objetivos de calidad paisajística y se remarcan las áreas con valores especiales para proteger, áreas para fomentar la gestión o las áreas susceptibles de acciones de ordenación. Las unidades de paisaje pintadas en el mapa no son de adorno, que también lucen, y contemplar el mapa colgado en una pared. Tienen derivadas en poder pasar a normas de ordenación territorial y urbanística de naturaleza jurídica que se deben tener en cuenta a la hora de elaborar los planes.
Un mapa es una herramienta útil que te permite con la mirada entender una realidad. Una herramienta que puede servir a los escolares, a los viajeros, a los especialistas en temas relacionados con las ciencias de la Tierra, a los planificadores territoriales, pero también de una manera especial a los agentes públicos y privados de los municipios del país que quieran impulsar acciones de reconocimiento y reivindicación de un determinado paisaje dentro de una estrategia de atracción de visitantes y al mismo tiempo de control de los elementos patrimoniales a preservar.
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