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SEPTIEMBRE-OCTUBRE 08 |
BOLETÍN TRIMESTRAL DEL OBSERVATORIO DEL PAISAJE - 13 |
![]() Implantación del Convenio Europeo del Paisaje (CEP). Estado de la cuestión Gareth Roberts Director del Landscape Research Group Tal y como seguramente ya deben saber muchos de los lectores de este boletín, la mayoría de países europeos ha ratificado el Convenio del Paisaje (CEP). Pero ahora debemos preguntarnos cómo se está implantando. Este último año, precisamente, he intentado encontrar respuestas a esta pregunta, un esfuerzo que me animó a impulsar, el mes de noviembre pasado , las jornadas del Landscape Research Group, en la ciudad de Sheffield. Desde entonces, he continuado investigando en la línea de las buenas prácticas a escala europea y he llegado a la conclusión de que colectivamente nos estamos esforzando mucho, pero aún podríamos hacerlo mucho más. De mi estudio se desprende que tenemos muchas razones para ser optimistas, pero también que hay motivos para preocuparnos y, teniendo en cuenta que el Convenio se encuentra ahora mismo en plena fase de implantación, el momento es decisivo. El análisis que me ha servido para plantear las conclusiones versa sobre los puntos fuertes, los puntos débiles, las oportunidades y las amenazas que debe afrontar en estos momentos el Convenio. Entre los puntos fuertes destaca el hecho de que la mayoría de países haya ratificado el Convenio y también que hay muchos ciudadanos europeos que defienden apasionadamente sus paisajes y que valoran especialmente su carácter diferencial y su diversidad. Cada vez es más palpable el interés público que suscitan la protección, la planificación y la gestión paisajística y, poco a poco, se difunden ejemplos prácticos relacionados con la implantación del Convenio y con las ventajas que ofrece. Otra de las ventajas del CEP es que no es exactamente preceptivo y que se interesa por todos los paisajes. En relación a los puntos débiles, podríamos hablar de las reticencias de algunos países a la hora de ratificar el Convenio o a la hora de aplicar estrategias en materia de paisaje o de ponerse en práctica las disposiciones. La poca incidencia de las recomendaciones nacidas de las buenas prácticas en el proceso de implantación o la falta de indicadores que sirvan como referencia para valorar los resultados también representan un problema. Las redes de soporte como RECEP/ENELC, CivilScape y UniScape se encuentran aún en fase embrionaria y necesitan atraer más miembros para llegar a erigirse en defensores del Convenio. En general, los planes de formación de profesionales y de concienciación de la sociedad civil sobre los paisajes son bastante frágiles. Una percepción muy extendida es que al Convenio le falta ambición, ya que la implantación no aporta beneficios económicos, en comparación con otros programas e iniciativas de la Unión Europea. Uno de los problemas del paisaje es que se trata de un concepto difuso en comparación con otros como la biodiversidad y, por tanto, acostumbra a arrinconarse cuando es el momento de recortar presupuestos. Hay oportunidades para cambiar las mentalidades, ya que el paisaje condiciona cada vez más la elaboración de políticas y la previsión es que los vínculos entre la UE y el Consejo de Europa se refuercen aún más en materia paisajística. Los programas y las directivas de la UE ofrecen recursos que pueden contribuir a la materialización de los objetivos de calidad del paisaje. Una de las maneras de reforzar el proceso de implantación es compartir buenas prácticas, crear redes de soporte y aprender de la experiencia de otros. Las amenazas nacen del desconocimiento del Convenio, de su contenido y de los objetivos que lo motivan. Uno de los problemas del CEP es que el paisaje, históricamente, se ha definido de una manera demasiado restringida, simplemente como "el entorno rural", una idea secuestrada por el status quo y vinculada a ideales más bien elitistas. La UE, que tiene una gran influencia sobre los paisajes, pero (aparentemente) muy pocas competencias en temas paisajísticos, es en gran parte responsable de la homogeneidad cada día más visible de los paisajes europeos. Una gran parte de los 868.000 millones de euros de los presupuestos de la UE para el período 2007-2013 tienen relación con la planificación, la gestión y la protección de nuestros paisajes. Paradójicamente, este presupuesto podría hacer mucho más para mejorar la calidad y la diversidad del mismo, si finalmente se impusiera el enfoque del CEP. En general, mi conclusión es que, aunque haya países que avancen bastante bien y otros que a duras penas han empezado a caminar, la implantación del CEP no debería contemplarse como una competición ni como una carrera entre estados miembros. Además, representa un reto colectivo que nos debe permitir mejorar la calidad de nuestros paisajes para que cada día respondan más a nuestras aspiraciones de disfrutar de lugares más agradables, atractivos y productivos para vivir y trabajar. El objetivo debe ser trabajar juntos, compartir experiencias y buenas prácticas y recordar que se trata de un reto continuo y que no hay ninguna línea de meta en el horizonte. Gareth Roberts es director de Landscape Research Group del Reino Unido y miembro de la institución International Centre for Protected Landscapes.
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